12.06.2011

días soleados




la ciudad sorbe
su oro,

como escamas de piel muerta:
el peso indolente de sus transeúntes



hace dormidera:
hocicos donde los chorros
del sol rompen calientes
la calle
su aurora de membrana
que pare mandíbulas
párpados
materia enrojecida
encías
dientes con que los locos
bufan muecas
espuman ladridos
salivan dorsales espinas
y rabian a perros
que tuestan su pelaje




la ciudad exuda
el dorado hedor de sus hijos



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