si eso es abrumador; es decir, si la sola presencia y constancia de un individuo resultan inextricables: cómo podríamos comprender la cantidad, virtualmente infinita, de acontecimientos que tuvieron que darse ─y los que no se dieron─ para posibilitar la existencia de la materia y energía que componen el universo, la galaxia, el sistema solar, el planeta y el espacio de 3 por 4 en el que, sentado, redacto estas líneas.
cómo es que se obtiene un resultado como éste, prácticamente de “la nada”, de todo el caos.
tal vez mi asombro resulte un tanto exagerado, la ciencia nos ha enseñado que existen patrones en la naturaleza, variables hasta cierto punto medibles y cuantificables; es posible que yo mismo y lo que en estos momentos escribo estén de una u otra manera determinados e influidos por una infinidad de sistemas de causalidad de los que ni siquiera estoy enterado.
o tal vez no, es una posibilidad más dentro de las totalidad de posibilidades.
si pudiésemos reducir las variables a unas cuántas, qué sucedería.
a conway, matemático inglés, se le ocurrió desarrollar en los 70 un juego matemático: un autómata celular capaz de autorrepresentarse y desarrollar patrones de emergencia y autoorganización. the game of life simula, a partir de unas cuantas variables, la diversidad y complejidad de combinaciones que pueden efectuarse tomando como base un patrón establecido. la finalidad del juego es la replicación, la perpetuación de patrones que se autorreplican y permanecen, que “sobreviven”.
the game of life es un juego interesante y divertido, en cierto sentido es una máquina de turing completa: tiene la capacidad, virtual, de emularse a sí misma.
a conwey se le ocurrió allá por los setenta; y antes que a él, a otros se les había ocurrido las bases teóricas en las que el matemático se apoyo para desarrollar su juego; casi 40 años después, se conjuntaron una serie de variables y condiciones para que yo me encontrara en internet el juego de la vida y me decidiera a publicar este post; y todo esto ocurrió debido a que:
1) una célula muerta renace si tiene tres (ni más ni menos) vecinas vivas. en caso contrario se queda muerta.
2) una célula viva muere si no hay un mínimo de dos y un máximo de tres células vivas en su entorno. en caso contrario se queda viva.
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