1.11.2010
poemas de sidney west/juan gelman
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lamento por la muerte de parsifal hoolig
empezó a llover vacas
y en vista de la situación reinante en el país
los estudiantes de agronomía sembraron desconcierto
los profesores de ingeniería proclamaron su virginidad
los bedeles de filosofía aceitaron las grampas de la razón intelectual
los maestros de matemáticas verificaron llorando el dos más dos
los alumnos de lenguaje inventaron buenas malas palabras
esto ocurrió al mismo tiempo
un oleaje de nostalgia invadía las camas del país
y las parejas entre sí se miraban como desconocidos
y el crepúsculo era servido en el almuerzo por padres y madres
y el dolor o la pena iba vistiendo lentamente a los chiquitines
y a unos se les caía el pecho y la espalda a otros y nada a los demás
y a Dios lo encontraron muerto varias veces
y los viejos volaban por el aire agarrados a sus testículos resecos
y las viejas lanzaban exclamaciones y sentían puntadas en la memoria o el olvido según
y varios perros asentían y brindaban con armenio coñac
y a un hombre lo encontraron muerto varias veces
junto a un viernes de carnaval arrancado del carnaval
bajo una invasión de insultos otoñales
o sobre elefantes azules parados en la mejilla de Mr. Hollow
o alrededor de alondras en dulce desafío vocal con el verano
encontraron muerto a ese hombre
con las manos abiertamente grises
y las caderas desordenadas por los sucesos de Chicago
un resto de viento en la garganta
25 centavos de dólar en el bolsillo y su águila quieta
con las plumas mojadas por la lluvia infernal
¡ah queridos!
¡esa lluvia llovió años y años sobre el pavimento de Hereby Street
sin borrar la más mínima huella de lo acontecido!
¡sin mojar ninguna de las humillaciones ni uno solo de los miedos
de ese hombre con las caderas revueltas tiradas en la calle
tarde para que sus terrores puedan mezclarse con el agua y pudrirse y terminar!
así murió parsifal hoolig
cerró los ojos silenciosos
conservó la costumbre de no protestar
fue un difunto valiente
y aunque no tuvo necrológica en el New York Times ni el Chicago Tribune se ocupó de él
no se quejó cuando lo recogieron en un camión del servicio municipal
a él y a su aspecto melancólico
lamento por gallagher bentham
cuando gallagher bentham murió
se produjo un curioso fenómeno:
a las vecinas les creció el odio como si hubiera aumentado la papa
feroces y rapaces comenzaron a insultar su memoria
como si el deber obligación o tarea de gallagher bentham
fuera ser inmortal
siendo que él se preocupaba cuidadosamente
de vivir imperfecto a fin de no irritar a los dioses
jamás se cuidó de ser bueno sin ganas
pecó y gozó como los mil diablos
que sin duda lo habitaban de noche
y lo obligaban a escribir versos sacrílegos
en perjuicio de su alma
así
creció famoso por su desparpajo y sus caricias
“ahí va gallagher bentham el desgraciado malparido” decían las vecinas a sus hijos
y lo mostraban con el dedo
pero de noche soñaban con él
de noche una extraña nube o mano o seda
se les metía en la garganta soñando con él
¡ah gallagher bentham gran padre!
pueblos enteros habría fundado con sus hijos
de haberlos querido tener
de no haber sido por los versos
que no piden de comer y es de lo poco que tiene a favor
de modo que murió nomás y la gente
desconcertada por la falta de ejemplo del mal ejemplo
o con la sensación de haber perdido algo de su libertad
designó representantes que entrevistaron a gallagher bentham
y por más preguntas que le hicieron
sólo escucharon el ruido de las abejas de su cuerpo
como si estuvieran haciendo miel
o más versos en otra cosa siempre
es difícil saber porqué el vecindario de Spoker Hill llegó a odiarlo así
lo descuartizaron una mañana de otoño para alegría de los chicos
no hubo más nubes en garganta de mujer
ni desquites feroces en la cama con marido extrañado
o hasta sueños de las más delicadas que llenan la noche
y hacían girar al viento y llover
todos los arbolitos de Spoker Hill se secaron
menos el tábano real que volaba y volaba
alrededor de gallagher bentham o sus últimas mieles
lamento por el sapo de stanley hook
stanley hook llegó a Melody Spring un jueves de noche con un sapo en la mano
“oh sapo” le decía “sapito mío íntimo mortal y moral y coral
no preocupado por esta finitud
no sacudido por triste condición furiosa” le decía
“oh caballito cantor de la humedad o pedazo esmeralda”
le decía stanley hook al sapo que llevaba en la mano
y todos comprendieron que él amaba al sapo que llevaba en la mano
más allá de accidentes geográficos sociológicos demográficos climáticos
más allá de cualquiera condición
“oye mío” le decía “hay muerte y vida día y noche sombra y luz”
decía stanley hook “y sin embargo te amo sapo
como amaba a las rosas tempranas esa mujer de Lesbos
pero más y tu olor es más bello porque te puedo oler”
decía stanley hook y se tocaba la garganta
como raspándose el crepúsculo que entraba y avanzaba y le ponía el pecho gris
gris la memoria feo el corazón
“oye sapo” decía mostrándole el suelo
“los parientes de abajo también están divididos ni siquiera se hablan”
decía stanley hook “qué bárbara tristeza” decía ante el asombro popular
los brillos del silencio popular
que se ponía como un sol
esa noche naturalmente stanley hook se murió
antes les dio terribles puñetazos a las paredes de su cuarto en representación de sí mismo
mientras el sapo sólo el sapo todo el sapo
seguía con el jueves
todo esto es verdad:
hay quien vive como si fuera inmortal
otros se cuidan como si valieran la pena
y el sapo de stanley hook se quedó solo
y si alguno supone que esto es triste
si alguno va a pararse a decir que esto es triste
sepa que esto es exactamente lo que pasó
que ninguna otra cosa pasó sino esto
bajo este cielo o bóveda celeste
lamento por el llanto de sim simmons
una mañana de otoño sim simmons
se levantó sin ojos como caídos a favor de la estación
“pero no importa” dijo
y se alisaba la memoria
“no importa realmente no importa” decía sim simmons
poniéndose árboles vacíos en las cuencas
a los que alimentó con estampidos
gritos olvidos silenciosas partes
nocturnos insectos portadores de muerte
rondaban por los árboles
“no importa” decía sim
desplegando sus tiernas alas
y volando todo alrededor del cielo
“si fuese una nube” decía “si fuese un halcón o catástrofe
lo que me come el corazón” decía
“te apagaste paloma” decía sim simmons sin llorar
“no tengo ojos para llorar” decía “y sin embargo debiera”
decía recordando que todo vegetal,
agua llanto lluvia o río necesita
para abrigar un tierno nido
así que sim simmons se puso a llorar
los árboles se le volaron
y otra vez tuvo ojos para mirar o ver o sufrir
y llorar sin dar comida a nadie
“me lo merezco” decía sim simmons tarde
“me lo merezco mucho” decía con los ojos ya secos
duros brillantes como sol
bajo la tierra de Alabama
dos ríos nacieron donde lo enterraron
uno hacia el norte otro hacia le sur
para memoria para olvido
y todo el mundo tuvo agua
pero sim simmons no:
miraba para abajo
ya merecido o muerto o triste
sin árboles sin árboles
lamento por los idiotas de warren s.w. cormoran
“oh warren warren” gritaban todos los idiotas del pueblo
en la mañana de Santa Mónica sucia
por el hollín los escapes los sueños
rotos o podridos de la noche anterior
qué formidable
extrañas rosas u orquídeas florecían en esa podredumbre caliente
mientras la multitud del bulevar vivaba a warren ese dabliu cormoran
y él se deslizaba de contrabando por el día
“oh warren warren” le decían sobre
la suciedad el mal olor el pésame envolviendo
tanta salud apenas débil
o muda o yendo en dirección a su pérdida
en todo caso era así:
el ser se lo dio ola madre en hermoso verdor
a su sombra creció warren como piedra en el río
hasta que la rompió como flecha con suaves ojos disparada
¡y si pudiera olvidar completamente!
“warren warren” gritaba la multitud no dejándolo dormir
o sólo abría su dureza donde
volaba una mosca azul sospechosa
warren ese dabliu cormoran:
¿tenías acaso ají en tu sementera?
en todo caso se voló y voló
quiéranlo mucho lagartos
denle sombrita en la mitad
tápenlo para el frío
o que lo abrigue el calor
de los sueños podridos de Santa Mónica el hollín
“oh warren warren” gritaban todos los idiotas del pueblo
pero no así porque así qué pasa con las águilas
lamento por el sicomoro de tommy derk
a los cuarenta tommy derk descubrió
que él sufría la suerte de su pueblo
que el paraíso a cuenta
lo destinaba a páramo del mundo
¡ah tommy derk cómo lloraba en su entretela o revés!
pero ni así regaba sus tierritas
donde la luz se le apagaba
al pie del sicomoro marrón
y el socomoro también se apagaba
arrugándolo a tommy derk
cortándole la claridad del pelo
llenándolo de hojas con su nombre muerto escrito allí
¡ah celebres palomas!
ninguna vino a defenderlo a tommy derk
ninguna le dio plumitas para el frío
o pan con leche para el hambre del sur
así que tommy derk se acostó a morir nomás
y pidió que por lo menos lo hacharan
hicieran leña con él algún fuego con él
algún calor o luz o advertencia
cuando lo fueron a encender se le volaron los caballos
se le volaron los caballos a tommy derk
unos fueron al norte otros al frente
unos fueron al tiempo otros a él
peor esa sangre reseca que dejó tommy derk
justísimo debajo de donde ardió
parecía una pluma con leche
con su nombre vivo escrito allí
“tommy derk tommy derk” gritaba la plumita
mientras todos los sicomoros de Ohio especialmente
agachaban la cabeza en silencio
como una mala soledad
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