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vaivén 
vaivén 
vaivén, 
ya no quiero estar
entre tanta 
danza geométrica, 
quédense con sus 
largas piernas 
y
el fastuoso paso 
del ritmo,  
y los dados al piso  
siempre rojos 
siempre seis siempre doce siempre seis, 
y mis dados el mismo número
-geométrica cuadratura  
de  mujeres esponjosas-
de un  lado a otro a otro a otro,
del tórax a la laringe, 
del tumor perfecto
al hijo de nervios, 
de la lengua agria
a lo oscuro de la axila,  
uno dos uno dos y uno dos 
en el lustroso marco
con tanta boca 
tanta enfermedad,
con tanta uña turbia 
quebradiza  y   
tanta furia 
enjugándome 
los puños,
tanta 
y
tanta sangre
de tan saciada vaciedad 
en el uno,
en el uno-dos-y-dos-y-tres,
van y vienen 
van y vienen
con el dos el dos y el uno, 
y
ya no quiero este coágulo de carne,
quiero escupirlo 
que quiero escupirlo
tierno tibio  y hermoso
como a los dados 
el doce,  el rojo el seis.
que ya no quiero
y no quiero 
hartos-y-sagrados-compases, 
¡que ya no quiero, les digo!
que ya no soporto tanto desplifarro-
-tanta-estupidez.  
y el eco al fondo del salón
resuena:  
el-uno-dos-uno-dos-dosytres-eldoce-eltres-uno-dos-
el seis. 
2.04.2009
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