***
nadie creyó la muerte de pike bishop
nunca
como esa noche
tanto silencio secó las bocas
de aquellos hombres condenados al fracaso
y los hombres se miraban con gesto adusto
y tentaban su corazón
y confundían su sangre con la saliva de las mulas
nadie creyó el aullido de los perros
ni creyeron en la muerte
ni escucharon tampoco las palabras últimas
de bishop silbando a la lejanía
―a la enrojecida sombra de los riscos
los hombres masticaban tabaco―
y aunque dios mismo
ante ellos se postrara
para apaciguarles el pecho
no
aquella noche
000000000000000000ningún hombre besaría su mano.
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3.26.2010
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