a la señorita Z
hilando y deshilando líquidos los labios
paridos a la vida como música nueva
así en la guerra
así en la liviandad
así esa noche trece
boca contra boca
cuando pendía el mundo todo
en lo infalible del error
a límite del vértigo a tu cabello negro
así en tus ojos de muchacha triste
así en la hermosura de tu cuerpo
en una calle terrible y oscura
―y aquel silencio interrumpido
de música nueva
y aquel silencio interrumpido
y la estridente renuncia
la estridente renuncia
a todas mis certezas.
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