***
los asesinos llevan zapatos de charol. fuman rubio, sonríen.
disparan.
pere gimferrer
aquella noche pude haberte dado en el pecho,
luego del night club, luego del humo tus zapatitos de cobre los labios alcoholizados y ese cigarrillo inverosímil en tu boca.
era claro lo que tenía que hacer, pero hablabas en voz baja y tenías los ojos más oscuros que una muerte debajo del agua.
ahora no recuerdo tu nombre,
pero cuando leas estas líneas sabrás que la próxima vez que me veas ―como una muchacha rubia en terciopelo negro en un gran salón de tonos grises― tendrás que esperar a que llegue a tu mesa
―y cerrarás los ojos mientras te murmullo al oído: lo peligrosos que son los escorpiones.
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